Es complejo describir un sentir
tan intenso y penetrante como la pasión. Se conjuga de las emociones más
impetuosas que se contienen y retienen en el ser, de un querer dejarse llevar
por la fogosidad que proviene desde lo más profundo del alma y de un entusiasmo por
disfrutar tan hedonistamente el momento que se vive. Por eso, no encuentro un
mejor nombramiento para el espectáculo que Tania Pérez-Salas presentó este
pasado sábado 23 de junio en el Teatro del Bicentenario.
Imposibilitada a documentar el
suceso con alguna herramienta de digitalización, quedo atada a narrarles mi
asombrosa experiencia durante estos 118 minutos de danza y “Pasión”.
15 bailarines (incluyendo a Tania
Pérez-Salas) que desde el escenario impregnaron a la audiencia de arrebatos
emocionales a través de movimiento corporales ensayados, estructurados y
encaminados hacia transportar las mentes, tanto del artista como del espectador,
hacia un frenesí emocional conectándonos
con la expresión dancística.
“Las horas” el primero de los
actos donde se encuentra en sintonía la naturaleza humana con su alrededor,
mezclando bellamente la oscuridad con unos cuantos destellos de luz precisos
para completar el momento de introspección denotando la posibilidad de vivir en
conjunto con la tranquilidad.
Por segundo número se presentó “Ex
- Stasis” una ardiente coreografía llamando a la sensualidad y coquetería, resultando ser una explicación de cuándo y
cómo el cuerpo se deja llevar por el goce y disfrute sin ataduras ni
remordimientos de lo que pueda pasar mañana. Por que el cuerpo es lo que
importa en esos instantes y a la conciencia no le queda más que ceder.
Para finalizar, “Las aguas del
olvido”. El agua, uno de los elementos esenciales para la vida, significado de
pureza y posibilidad de limpieza. La piel de los artistas se humedecía al estar
contacto con ella en la alberca que se postraba en medio del escenario invitándolos
a ser uno mismo. El reflejo y el sonido de este elemento alrededor del recinto
creaban una atmósfera de paz, contemplación y embelesamiento.
En términos más técnicos: “Pasión” de Tania Pérez-Salas, una
extraordinaria y maravillosa obra, en la cual se entrecruzan ingeniosas escenografías
que dan vida y sentido a cada uno de los pasos sin tomar el protagonismo,
vestuarios pertinentes que dicen incluso más de que dejan ver, bailarines de
calidad impecable y talento envidiable, además de una coreógrafa y directora mexicana
merecedora de orgullo y reconocimiento mundial.